miércoles, 22 de agosto de 2007

Nota de Pilar, desde la diaspora

Me encantan los centros comerciales, no solo porque puedo ejercer mi papel de ayudar a la economía de nuestra ciudad consumista, pero también porque lo veo como un laboratorio para observar el comportamiento de todos los inmigrantes latino americanos que convergemos en ella.
Hace unos días mientras caminaba frente a una tienda de videojuegos, vi a un grupo de niños alborotados compitiendo en las máquinas de la tienda. Al poner mas atención noté que entre todas las cabecitas de pelo negro salia a reducir un pelirrojo hablando perfecto español. Pensé “pobrecito la relajá que le darían si estuviera en mi país…”
Mientras analizaba la situación, apareció quien lucia ser primo o pariente cercano del niño que le gritó: - Fósforo vámonos!

lunes, 6 de agosto de 2007

Si vas a Miami ten cuidado al ordenar Ensaladas

Comí en un restaurant y me corté la lengua con una "Scissors salad".